Jugar no sólo es un derecho impostergable

Este verano 2021 nos propusimos que las niñas y los niños del Hogar María Luisa pudieran tener su “espacio de vacaciones” dentro del hogar. Teniendo que reemplazar la colonia de verano a la que suelen asistir, quisimos preservar el espíritu de esos meses del año donde el disfrute al aire libre, la diversión y el juego son lo que prima.

¿Por qué esto es importante? Fundamentalmente porque el juego y la recreación en la vida de un niño no son sólo un derecho impostergable sino también un factor clave en su desarrollo. Es el juego simbólico el medio por el cual las infancias conocen el mundo, recrean y ensayan roles, adquieren nuevos conocimientos y manifiestan sus emociones. El juego produce, regula, enseña.

Al jugar el niño se apropia del espacio y lo transforma, se conoce y nos conoce. Puede conectar con lo imaginario y elaborar situaciones, indagar y manifestar sus sentimientos. Descubre la posibilidad de transformar las penas en alegrías, producir nuevos desenlaces y también aprender, transformándose en protagonista de sus propias creaciones.

Y así en el hogar los juegos se adaptan a esta época estival con días de chapuzones en la “Pelopincho”, diversión con “Bombuchas” y carreras de agua. Algunas paredes se colorearon con hermosas intervenciones artísticas y, hasta la cocina se transformó en un lugar para crear y probar nuevas recetas.

Es una temporada que nos permite hacer muchas cosas. Planear con los amigos lo que nos gusta, reírnos y, donde se ponen en juego los acuerdos pero también las diferencias. Los días de calor y tardecitas largas se nos van en un “piedra, papel o tijera”. Y nos recuerdan que jugar es cosa seria.

Equipo técnico Hogar María Luisa